Diademas, tiaras y coronas.

Diademas, tiaras y coronas son exquisitas joyas usadas por las reales cabezas femeninas de las diferentes monarquías del mundo.

Protocolo de las joyas

Todas las niñas han escuchado alguna vez cuentos de princesas … y quien más, quien menos alguna vez se disfrazó de princesa o jugó a serlo. ¡Y lo que a una princesa jamás le falta es una diadema! Así que de cartón o de papel laminado todas alguna vez hemos llevado una tiara en nuestra sien. O sea que diademas, coronas y tiaras forman parte de nuestro universo desde nuestra mas tierna infancia. Lo que muchos no conocen es que estos objetos, en el seno de las familias reales, tienen un estatus diferenciado y obedecen a reglas de protocolo bien estrictas.

Existen las tiaras pertenecientes al primer grupo de joyas de la corona que están destinadas exclusivamente a la reina. Generalmente cuentan con un importante valor histórico y en la mayoría de los casos el valor económico es más alto, no solo por el tipo de piedras preciosas elegidas sino también porque han sido creadas por joyeros célebres.

El segundo grupo son joyas destinadas a la princesa heredera, de menor valor tanto histórico como económico, aunque existen excepciones.

Y por último el tercer grupo de joyas que pueden ser usadas ocasionalmente por otras damas de corte, incluso por aquellas que llegan por matrimonio a formar parte de la familia real. Pero ninguna de estas joyas puede ser llevada sin previa autorización de la reina y están destinadas a ocasiones bien precisas: matrimonios, bautismos, ágapes diplomáticos, etc. ¡Una sobrina de la reina no puede decidir ir a una fiesta en una discoteca con una tiara de la colección real! En algunas cortes está incluso detallado quien tiene derecho a usarlas: solo las damas que están emparentadas con la reina por línea directa y está especificado además en que ocasiones está previsto tal uso.

Santa Maria aquamarine (1)

Diademas famosas y sus características

 Diadema Bandeau es una tiara creada como regalo de bodas para la reina Juliana. La joya original era un collar que contaba inicialmente con 34 diamantes en talla rosa. En 1901 la familia real la mandó convertir en una diadema de diamantes con armazón de platino. La usaron las hijas de la Reina Juliana: Beatriz, Margarita y Cristina y hoy es una de las más amadas joyas de la actual reina consorte Máxima de Holanda.

 Diademas Florales son estructuradas con motivos florales, hojas y tallos como su nombre lo indica. Generalmente de platino, algunas combinan además incrustaciones de oro. Los diamantes son una constante en las diademas, pero no es inusual en este tipo específico de tiara, el uso de piedras preciosas coloridas. Varios son los ejemplos de famosas diademas florales: La infanta Cristina llevó una en el día de su boda, la cual mostraba cinco flores de diferentes tamaños unidas por sus tallos.  La familia Isenburg es propietaria de una bella Tiara floral llevada por las mujeres de la casa desde 1830. Gerald Grosvenor encargó al famoso orfebre ruso Karl Fabergé una maravillosa tiara floral para el casamiento de su hijo Hugh Grosvenor con Lady Mabel Florencia. La diadema está elaborada en plata y oro, y representa hojas de mirto enfrentadas, un motivo de moda a fines del 1800 cuando el neoclásico en joyería iba a la vanguardia. Lady Tamara Grosvenor la llevó en su boda con Edward Van Cutsem. Otro famoso joyero de nuestro tiempo, el gran Louis Cartier realizó en platino y diamantes la tiara de hojas de laurel en 1907 que llevaría la princesa Marie Bonaparte.

 Diademas Fringe o Sun Ray deben su nombre al hecho de que su diseño emula los rayos del sol. Fue a finales del siglo XIX y principios de XX que este modelo de tiara se puso de moda. Se trata de barras o columnas que disminuyen su tamaño a medida que se alejan del centro. La inspiración de los joyeros de la época al realizar este diseño se escondía en la famosa diadema Kokoshnik que era una joya que se obsequiaba a todas las novias de la familia imperial rusa en el día de su matrimonio. La Tiara Fringe de la infanta Beatriz fue subastada por Sotherby’s de Londres en 1960 por 10.800 libras esterlinas.

 Tiara Prusiana es una diadema de incalculable valor en el mercado hecha con diamantes de importantes dimensiones y altísima calidad. Se la conoce por haber sido la joya preferida de Federica de Hannover, Reina consorte de Pablo I de Grecia.

Zultanite BT

«El misterio de la tiara “desaparecida”

Se ha hablado mucho de la Tiara Prusiana, ya que al inicio probablemente no tenía un destino preestablecido en el joyero real. Federica, Reina consorte de Pablo I de Grecia, la llevó consigo en muchos de sus viajes diplomáticos y la usó incluso en el día de su boda. La última vez que se vio a Federica luciendo la Tiara fue en 1964.

La familia real griega debe exiliarse en 1967 y Federica jamás se presentó en público con dicha joya. Cuando murió en 1981 muchos pensaban que la tiara habría sido vendida, como ocurre a veces con algunas joyas de las familias reales en exilio. Se esgrimía además la tesis de que la tiara habría sido desmontada e incluso había quién afirmaba que la joya se encontraba en una caja fuerte de algún “royal” europeo. Por ello fue inmensa la sorpresa cuando más de 48 años después, en enero del 2012, la princesa Marie Chantal Miller se presentó con ella el „baile de tiaras” en Christiansborg con motivo del 40º aniversario en el trono de Margarita de Dinamarca.

Bastó un segundo para que todas las miradas se volvieran a la princesa Marie Chantal, esposa de Pablo de Grecia a causa de la desaparecida tiara que volvía al escenario de la realeza europea. Muchos creyeron que el acaudalado padre de Marie Chantal, el multimillonario americano Robert Miller la habría buscado, encontrado y adquirido para que su hija pudiera llevarla. Luego de muchas especulaciones – y suficientes gossip! – se reveló la verdad. Federica había establecido ella misma el carácter de la joya y la había nominado por escrito joya de “segundo grupo”, o sea destinada a la Princesa Heredera … y efectivamente Marie Chantal, al casarse con Pablo de Grecia es la Princesa Heredera ¡aunque sin reino!