El tesoro de la Zarina – Huevo de Fabergé encontrado en un mercadillo

¡Es solo una cuestión de suerte! Por casualidad fue hallado uno de los ocho Huevos de Fabergé que se daban por perdidos.

Un comprador de trastos metálicos del medio oeste de los Estados Unidos de América encontró en un mercadillo un pequeño objeto de oro, el cual compró por su peso en oro con la intención de revenderlo a la brevedad, solo que se encontró un resultado absolutamente imprevisto…

Casual descubrimiento

Karl Gustavovich Faberge

Karl Gustavovich Faberge

El negociante de metal, que prefiere permanecer anónimo, no podía encontrar comprador del objeto en oro adquirido en el mercadillo, por el que había desembolsado la suma de 10.000 dólares. Por lo tanto inició a buscar en Internet acerca de su adquisición simplemente dando al buscador las palabras “huevo” y la inscripción “Vacheron Constantin” incisa en dicho objeto de oro. De esta manera entró en contacto con un experto en joyas preciosas, Mr. Kieran Mc Carthy, a quién le envió fotos de su adquisición y éste no podía creer su suerte. Mc Carthy viajó de inmediato al medio oeste para examinar personalmente el descubrimiento. Ninguna duda, se trataba de un auténtico “Huevo Fabergé”, realizado en 1887 en la famosa Orfebrería de San Petersburgo comisionado por el mismísimo Zar Ruso Alejandro III.

 

Los Huevos Fabergé – Símbolo de Lujo

Entre el 1885 y el 1917 se crearon 50 de estas piezas de arte orfebre: los Huevos Fabergé, maravillosamente decorados. Paralelamente a éstos hay una serie de Huevos Fabergé encargados por personas privadas. Los Huevos Fabergé por lo tanto se distinguen entre los “imperiales” y los “no imperiales”. En el caos y los enredos de la Revolución desaparecieron muchos de estos objetos, algunos fueron llevados consigo por quienes huyeron al exterior. Siete Huevos Fabergé imperiales permanecen perdidos hasta el día de hoy.

Pascuas es una fiesta de gran importancia para la iglesia ortodoxa rusa, el uso de regalar huevos en el día de la resurrección de Cristo se conoce desde el siglo XVII. El Zar Alejandro III a partir del 1885 siguió esta usanza de manera extremadamente lujosa ya que regaló a la Zarina Maria Feodorowna una preciosidad de la casa Fabergé: el hoy conocido como Huevo de Gallina. Cada huevo contenía una particular sorpresa, el mencionado “Huevo de Gallina” contenía una yema de oro dentro de la cual se escondía una gallina de oro en miniatura.

El Tercer Huevo Imperial

Huevo Real Danés

Huevo Real Danés

El huevo encontrado recientemente fue concebido para la fiesta de Pascuas del 1887 y es el tercero en su género. Él esconde en su interior un reloj de la relojería Vacheron Constantin y está decorado con diamantes y zafiros.

No es tan opulento como la mayoría de sus pares, pero cuenta con una elegancia fuera de tiempo. Es un huevo de oro de unos 8 centímetro de grande. Si se presiona el diamante de la parte delantera el huevo se abre dejando a la vista un bellísimo reloj. Desde 1922 es que se lo da por perdido, en los años 60 se dice que fue rematado, pero en esa época nadie supo de su origen y mucho menos de su valor real.

El final de la historia

¿Queréis conocer probablemente como termina la historia de nuestro comerciante de trastos metálicos?

Pues bien, el afortunado del medio oeste americano ha vendido el huevo Fabergé por la friolera de 24 millones de dólares. Más detalles no se han dado a conocer ya que el comprador quiso también permanecer en el anonimato.

El pequeño objeto ha estado expuesto en Londres antes de ser retirado a la colección privada de quien es ahora su actual dueño y no se sabe si será expuesto alguna otra vez.

Así es como termina la historia que comenzó de manera tan simple. Habrá que esperar a cuando suceda otro espectacular descubrimiento para escribiros sobre él. Yo de todas maneras me iré a dar una vuelta por los mercadillos de trastos el próximo fin de semana…