Para convertir un Diamante en un Brillante no hace falta demasiado… ¡solo una talla muy particular! Ya en tiempos remotos se reconoció que con particulares condiciones se conseguía desplegar la belleza del Diamante. Por eso la historia de la talla del Diamante nos cuenta el camino que ha llevado a mejorar y refinar los métodos que permiten optimizar el fuego característico de esta gema. Al final de este camino se llega a la “talla Brillante”, la cual viene utilizada desde hace más de 100 años para resaltar el esplendor del Diamante.
Las facetas y las proporciones de esta talla optimizan tanto el fuego como el brillo del Diamante, aunque se debe decir que esta talla también se usa en otras piedras preciosas coloridas.
Desde el Diamante crudo a la alhaja facetada
Ya desde el siglo XIV nos llegan pruebas de que los Diamantes en Europa y en India eran pulidos a parcialmente facetados. Sin ser tallados se los encuentra en joyas muy anteriores al dicho siglo.
Un hito en la historia del perfeccionamiento de la talla de Diamante es la invención de la rueda lijadora que a partir del 1476 fue usada para facilitar la talla de facetas en las Piedras Preciosas. Desde entonces se desarrollaron diferentes maneras y modelos de talla, que por un lado se adoptaban al material en crudo que debía de ser trabajado y por el otro se adaptaban a las modas de cada época. De esa manera se trabajó las gemas lisas en talla rosa o talla a gota, las cuales fueron tan amadas durante el Renacimiento y en cambio durante el siglo XVIII se impuso la talla Marquesa.
Precursor en talla Brillante
Un nombre ligado a la talla Brillante es el de Vincenzo Peruzzi, un tallador de gemas veneciano que vivió en el siglo XVIII y a quién se reconoce como precursor en este tema. La talla que se conoce hasta el día de la fecha como “Talla Peruzzi” y que fue creada por él contaba con 58 facetas – como en la actual talla del Brillante – y contaba con proporciones similares. También Henry Morse, quien en 1860 abrió la primera casa de talla de Diamantes en América del Norte, puso mucho de sí en la búsqueda de la “talla perfecta”. Él identificó el ángulo de la corona y el del pabellón como importantes parámetros que debían ser proporcionalmente tallados y en manera exacta. Este conocimiento representa un paso fundamental en el desarrollo de la talla, el cual Marcel Tolkowsky analizó años más tarde en manera científica para perfeccionar y desarrollar la talla Brillante.
La Talla Brillante de hoy
En 1919 Tolkowsky presentó por primera vez un boceto de la talla de Brillante moderna, la cual fue levemente corregida en 1920 pero quedó hasta el día de la fecha como la talla “ideal” para trabajar un Diamante. Tolkowsky, que pertenecía a una familia que desde generaciones se dedicaba al negocio de Diamantes, era además matemático y Gemólogo y fue quién por primera vez describió en su disertación “Diamond Design” un análisis fundado en ecuaciones matemáticas acerca de la Reflexión y la Refracción de los Diamantes.
La talla Brillante cuenta con 57 facetas, si se cuenta la culet son 58. Tiene una tabla redonda, 32 facetas arriba de la faja (o cintura) y 24 debajo de la misma. Los ángulos ideales son de 35,5° para la corona y 41° para el ángulo del pabellón.