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De viaje por la tierra del ámbar: el misterio de la Cámara de Ámbar

La desaparición de la legendaria Cámara de Ámbar sigue siendo uno de los misterios sin respuesta.

La anécdota: la megalomanía de un rey, un regalo extravagante y suntuoso, una guerra mundialy para concluir una desaparición inexplicable. Y aún hoy alguno se obstina en creer que la famosa cámara exista en algún sitio en Rusia.

Esto último no es del todo falso. Pero no se trata de la habitación original. La reconstrucción comenzó inicialmente en el 1976 y luego de una breve pausa a causa de falta de fondos, fue concluida gracias a una donación de 3,5 millones de dólares por parte de la sociedad alemana llamada entonces Ruhrgas AG. Se necesitó un total de 30 años para que la cámara fuese reconstruida fielmente siguiendo los modelos de las fotografías originales. En el 2003 se inauguró la nueva Cámara abriendo sus puertas al público.

La octava maravilla del mundo

La Cámara de Ámbar fue encargada por el Rey de Prusia Federico I. Conocido por sus pompas hizo de manera que tres de sus mejores artesanos de la manufactura y el engarzado de Ámbar, – Gottfried Wolffram, Ernst Schacht y Gottfried Turau -, realizaran el trabajo en base a los planos del arquitecto Andreas Schlüter. De esa manera se trabajaron alrededor de diez toneladas de Ámbar en un espacio de 55 metros cuadrados para realizar una habitación completamente revestida en este material precioso.

 

Palacio Catarina

Cámara de Ámbar

Lamentablemente Federico I no vivió lo suficiente para ver la obra encargada completa. Fue durante el reinado de su sucesor Federico Guillermo I que se finalizó el trabajo de la Cámara de Ámbar. Muy rápidamente la habitación adquirió la fama de ser la octava maravilla del mundo y llamó la atención del Zar ruso Pedro el Grande quién se llegó hasta la residencia del “Soldatenkönig” para admirar la obra. Sin demasiadas dudas el Rey de Prusia donó en el 1716 la habitación a su aliado ruso. Y es así que la famosa Cámara de Ámbar terminó en Rusia, mas precisamente en San Petersburgo, encontrando un nuevo destino en el Palacio de Catalina. Según la leyenda la Cámara de Ámbar poseía el poder de una fuente de juventud y era el sitio donde la emperatriz rusa recibía sus amantes. En el curso del tiempo la sala fue sometida a diversas modificaciones, bajo la dirección del famoso arquitecto italiano Bartolomeo Rastrelli.

La Cámara de Ámbar regresa a Alemania y desaparece misteriosamente

Durante la Segunda Guerra Mundial y en la estela de la Operación Barbarroja (la invasión alemana al territorio de la Unión Soviética), la cámara fue llevada a Alemania.

Antes de la llegadade las tropas alemanas, los rusos no tuvieron tiempo de desmontarla y ponerla a salvo. En setiembre de 1941 el Palacio de Catalina fue secuestrado por las fuerzas armadas alemanas como inmueble residencial, la Cámara de Ámbar fue desmantelada a la velocidad de la luz y embalada en 27 cajas para su expedición a Könignsberg en Prusia, conocida hoy como Kaliningrad. Las cajas llegaron a destino el 13 de noviembre del 1941 y Erich Koch hizo construir la cámara en el castillo de Königsberg. Alfred Rohde se encargó de los trabajos de restauración.

 

Desde 1944 se han perdido las huellas de la Cámara de Ámbar, aunque son diversas las teorías que existen al respecto. En agosto de 1944 hubo un ataque aéreo por parte de los británicos a Königsberg. Como resultado del ataque el Castillo fue quemado y algunos afirman que la sala fue víctima de las llamas ya que el Ámbar, siendo resina fósil no resiste al calor. Esta teoría nunca fue confirmada. Existe otra versión de la desaparición y es que la cámara desapareció a partir de la conquista de la ciudad por parte de las tropas soviéticas el 9 de abril de 1945. Otra teoría afirma que la sala fue incendiada junto con el castillo premeditadamente por los soviéticos y que se mantuvo en secreto la noticia por miedo a las furias de Stalin al enterarse de que sus tropas habían destruido semejante tesoro, y hubiera hecho rodar las cabezas de los responsables. Existen documentos que prueban que Koch e Rohde intentaron esconder la Cámara de Ámbar. Un intercambio epistolar entre Rohde y Berlín que remonta al 2 de setiembre de 1944 documenta que la cámara hasta ese momento se encontraba intacta. Un par de semanas más tarde Alfred Rohde fue envenenado junto a su esposa. El 12 de enero de 1945 es la última vez en que se cita la Cámara de Ámbar en documentos oficiales y muchos afirman que ese mismo día la vieron ser transportada en varias cajas.

 

Teorías curiosas

Una explicación supone que la cámara habría sido embalada en la nave Wilhelm Gustloff. El 30 de enero del 1945 un submarino ruso hundió el barco en el Báltico. Desde entonces son muchos los cazadores de tesoros que esperan encontrarla en el fondo de dicho mar.

 

Se ha también especulado que el tesoro se haya conservado en los subterráneos del Castillo de Königsberg. Se dice que fue transportada allí para preservarla de los ataques. Excavaciones hechas en el 2006 han encontrado pasajes secretos debajo del castillo todavía inexplorados. ¿Es que la famosa Cámara de Ámbar se encontrará aún allí en algún rincón de este vasto laberinto subterráneo?

 

Pero existe aún otra especulación: un posible transporte en tren hacia Alemania meridional, más precisamente en la zona del bosque de Popp. Esta región en los montes metalíferos occidentales había sido utilizada anteriormente por las fuerzas nazis durante la guerra como un lugar temporario – y rápido de alcanzar – para conservar numerosas obras de arte robado.

 

Muchos misterios se tejen alrededor del destino de la Cámara de Ámbar y otorgan tema para diversas emisiones televisivas, estimulando a cazadores de tesoros y siendo inspiración para escritores de historias de aventuras. Iraida Bot, Directora de la Investigación Científica de Carskoe Selo, es del parecer que los históricos están de acuerdo al menos en un punto:

 

“La Cámara de Ámbar no ha sido víctima de las llamas en Königsberg. Se presume que se haya dispersado y se conservan sus piezas en diferentes localidades.”

Esta hipótesis fue confirmada en el 1997: el nieto de un oficial nazi encontró una gran cajonera de Ámbar en el altillo de su abuelo. Esta cómoda pertenecía a la Cámara de Ámbar y fue restituida a Rusia.

Perdida, desmantelada y dividida, tendida en las profundidades de la mar, incluso enterrada, la Cámara de Ámbar continúa a hacer hablar de sí. Cazadores de tesoros y escritores mantienen viva una leyenda, que hasta el día de la fecha no ha revelado aún todos sus secretos.