CELEDONIO: cuando el misterio se transforma en joya

Si hablamos de prestigio y de joyería exclusiva en el Rio de la Plata la dirección a visitar es CELEDONIO, un nombre sinónimo de excelencia. Aprovechando una corta estadía en Buenos Aires no pude hacer menos que ir a conocerlo personalmente.

 Lo primero que me impacta de este hombre joven, apuesto y elegante son sus ojos. Dicen que lo ojos son el espejo del alma. Celedonio transmite serenidad, encanto y un cierto misterio que te produce deseos inmediatos de saber más de él.

Juwelo: CELEDONIO, ese es el nombre de una marca de prestigio hoy en joyería, ¿es tu nombre?

Celedonio: Yo me llamo Celedonio Lohidoy. Mi nombre me ayudó mucho, Celedonio es un nombre poco usual… y al tener cierta musicalidad se vuelve interesante, ¿no crees?

La reflexión me resulta divertida, ya que estamos hablando de una eminencia en joyería y en decoración. La tienda de Celedonio es un sitio donde solo hay objetos bellos diseñados por él: muebles, cuadros y joyas. Por momentos siento estar en algún rincón del mundo de la Alicia de Carol Lewis. La poesía juega un rol en su vida y en su arte. No a caso es un admirador profundo de la poetiza uruguaya Marosa Di Giorgio.

Sigo preguntando y advierto que cuando Celedonio me responde, detrás de cada respuesta hay una metáfora fantástica.

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Pulsera de coral de Celedonio

J.: ¿Eres orfebre de profesión?

C.: En realidad soy arquitecto, pero me di cuenta, luego de haber estudiado y trabajado en un estudio de arquitectura que ese no era mi camino. Luego de un viaje a Nueva York volví a Buenos Aires a empezar de cero… y como todos los comienzos fue duro pero al mismo tiempo estimulante y divertido…

J.: Cuéntame como comenzaste con esto…

C.: ¡Con cinco dólares! (risas), con cinco dólares y con Eli Messi, – (al pronunciar ese nombre los ojos de Celedonio, espejos del alma, se iluminan con un brillo particular) – Eli trabaja hasta hoy conmigo, y ¡es ciega! Por algún motivo llegó a mi vida y yo, que era muy joven, la percibía como una anciana pero en realidad ella tendría unos 50 años cuando nos encontramos. Trabajábamos en el jardín botánico haciendo piezas con las piedras que yo conseguía comprar en esos años. Ella me acompañaba a una cita de trabajo, en alguna casa o departamento, donde yo llevaba una pieza que me habían encargado y Eli se quedaba esperando afuera. Si el cliente me decía ‘mmm… no es exactamente lo que yo estaba buscando…’ yo le contestaba ‘no se preocupe, voy a buscar otra pieza alternativa a mi taller y vuelvo…’ y me encontraba con Eli afuera, que tenía una cajita con otras piezas, dábamos juntos un paseo para que pase un poco de tiempo y yo regresaba con la nueva pieza ¡y siempre funcionaba…! Así, hasta que pudimos tener realmente nuestro taller!

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Pendientes de la colección de Celedonio

Celedonio ríe y me muestra collares maravillosos con Amatistas entrelazadas y me explica que el entrelazado lo realiza Eli, que sin ver jamás lo que hizo entiende a la perfección lo que Celedonio ha diseñado en su mente.  Misterio. ¡Magia!

J.: ¿Cual es tu fuente de inspiración?

C.: Yo amo la naturaleza, por eso un recurrente en mis motivos son las flores, como así también los insectos. Pero cada pieza es diferente y la percepción que tengo de la naturaleza se traduce de una nueva forma y color.

Celedonio me muestra sus creaciones, todas sus piezas son piezas únicas.

En una de las piezas que me muestra me habla de una imagen que tiene de niño al descubrir que las capas de la cebolla eran translúcidas, cuando en contra luz hacía con sus dedos una suerte de sombras chinescas, luego me muestra una pieza en forma de flor cuyos pétalos, hechos de nácar son sutilmente translúcidos, y parecieran poseer la sutileza de una capa de cebolla!

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Anillo colección Celedonio

J.: ¿Tienes predilección por algún tipo de piedras preciosas?

C.: ¡Adoro las Turquesas! Además trabajo mucho el Cuarzo, me gustan los Cuarzos mas lechosos, las piedras cuyas inclusiones las ayudan a crear algo único, lo mío es una búsqueda permanente a aquello que es diferente, que se destaca porque no se repetirá jamás.

J.: ¿Porqué crees que tus joyas han tenido y tienen tanto éxito?

C.: Mis joyas – en general – no poseen el metal característico de las joyas así llamadas tradicionales, lo mío es todo trama, entrelazado. Yo creo que lo que atrae es el misterio

Caigo en la cuenta que el universo de Celedonio efectivamente es un barroco misterioso imposible de definirlo dentro de un estilo preciso. Su trabajo exulta libertad y fantasía y el trabajo de cada pieza, rigurosamente hecha a mano es de una perfección y de un amor por el detalle raros de encontrar hoy en un mundo industrial globalizado. Efectivamente se esconde un misterio particular detrás de cada pieza. En los anillos por ejemplo, el aro del anillo es una malla hecha de cristales entrelazados que lo hacen flexible.

J.: ¿Cómo funciona el proceso creativo de cada pieza?

C.: Yo no diseño mis piezas en el papel, las diseño en mi cabeza y luego las plasmo, siempre tuve la imperiosa necesidad de trabajar con las manos. Esto hace que mis colaboradores sean gente muy especial, que por algún motivo llegaron a mi vida y me acompañan en esta aventura en la que deben entender, sin dibujos, lo que yo tengo en la cabeza.

J.: ¿Cuántos colaboradores trabajan contigo?

C.: En mi taller cuento con 8 empleados, colaboradores que me acompañan en esta aventura que nos ha llevado a crear objetos bellos, que con el tiempo se han convertido en símbolos de prestigio.

No quise dejar aún a Celedonio, así que seguí charlando largo con él. Lo que vino luego da lugar a otro artículo que estoy segura ¡os encantará! Continuad en nuestro blog para conocer las clientas célebres de Celedonio y su relación con ellas.