En mi último artículo os había prometido la segunda parte de mi encuentro con Celedonio Lohidoy, quién es hoy uno de los mas prestigiosos joyeros de Sudamérica, con clientes en todo el mundo. La característica de sus obras es que – no solo se trata de piezas exclusivas – sino de son de un diseño inmediatamente reconocible. ¡Eso solo lo consiguen los grandes artistas!
Entre las piezas que veo en este universo maravilloso de pendientes, collares, anillos, brazaletes y broches me llama de inmediato la atención una serie de insectos: las arañas de Celedonio.
Entrevista especial – Las arañas de Celedonio
Juwelo: ¿Te atraen los insectos por algún motivo en particular?
Celedonio: ¡Me encantan los insectos! Son seres particulares y están ligados a los recuerdos de mi niñez, el campo, un cierto paisaje, un atardecer especial …
J.: ¿También las arañas?
C.: Las arañas en particular… de pequeño las arañas me producían resquemor, les tenía algo de temor, por eso hice estas piezas que las reproducen, fue una bonita manera de exorcizar el miedo.
Quedo fascinada por esos broches maravillosos con grandes arañas, estilizadas, bellas y particularmente seductoras. Algunas son de Cuarzo Ahumado, otras con diferentes piedras de colores. Producen en mi un efecto casi hipnótico, no puedo dejar de mirarlas y admirarlas. Nunca creí que podría quedar tan maravillada por… ¡arañas! Pero es así y no soy la única. La reina Máxima de Holanda es una asidua cliente de Celedonio. La foto de Máxima luciendo dos hermosos prendedores en forma de araña firmados por Celedonio dio la vuelta al mundo.
Yo estoy conmovida por lo que veo y por el enorme amor dedicado a estos objetos decididamente sorprendentes. Todas sus piezas cuentan con piedras preciosas, pero Celedonio busca cuarzos lechosos, Amatistas con mucha inclusión, incorpora la estructura del cristal como parte del diseño y consigue resultados sorprendentes.
J.: Celedonio, hablemos de tus clientas…
C.: Cada clienta es diferente y eso es lo que yo quiero resaltar con mi pieza, su diferencia, su individualidad. Cada uno de nosotros es especial. Por eso hablo mucho con ellas y sobre todo las escucho hasta detectar que es lo que está buscando. No olvides que yo haré algo para esa persona, exclusivamente para esa persona. Toda la energía y la dedicación invertida en esa joya luego se percibe, al menos eso es lo que creo.
J.: ¿Hay un prototipo de clienta perfecta?
Celedonio ríe con una paciencia infinita, luego responde:
C.: A mi me encanta divertirme con mis clientas, tomar juntos café con leche, reír mucho, que el buscar una joya se convierta en una aventura en la que ambos la pasemos bien. Es triste si te piden que hagas algo que de alguna manera te limita… a veces sucede, pero en general mis clientas vienen aquí sabiendo porqué, y si alguien quiere una joya muy tradicional no es a mi a quien viene a buscar…
J.: ¿Que es lo que te hizo llegar a este lugar de excelencia en el que te encuentras hoy?
C.: La publicidad boca a boca… alguien llevaba una joya mía a alguna fiesta y llamaba la atención. Entonces le preguntaban quien la había hecho o donde la había conseguido… esto es muy gracioso porque al inicio mis clientas lo mantenían en secreto y a mi el secreto ¡no me convenía para nada! (risas) Ellas querían de esa manera acentuar el alo de misterio que tenían mis piezas. Y yo les decía ‘si siguen manteniendo el secreto se van a quedar sin joyero’. Luego poco a poco mi nombre apareció y fue pasando de boca en boca y así llegamos a donde nos encontramos hoy.
J.: ¿Hay algo de lo que estás particularmente orgulloso?
C.: Si, mira, mis joyas, todas mis joyas, son lo que son: artículos de lujo, pero no han dejado en el camino hasta llegar a la vitrina ningún rastro de sufrimiento o injusticia y eso es para mi un enorme motivo de orgullo y de satisfacción.
Miro sus ojos, los bellos ojos de Celedonio, y luego echo un vistazo a mi alrededor y todo está en armonía. Me llevo esta charla y debo confesar que conocer a este artista fue una de las cosas mas lindas que me han sucedido en este viaje. Me despido de Celedonio con un enorme sentimiento de gratitud y la sensación de haber ganado un amigo.
Os dejo esta nota con la esperanza de que las arañas de Celedonio os guste tanto como a mi me ha gustado conocer a Celedonio.